Hans Jonas nació en Mönchengladbach (Alemania) el 10 de mayo de 1903. Estudió filosofía y teología en Friburgo, Berlín y Heidelberg y se doctoró en Marburg, donde estudió con M. Heidegger y R. Bultmann. Ahí conoció a Hannah Arendt.En 1933, Heidegger se unió al Partido Nazi, algo que Jonas se tomó personalmente en tanto que era de origen judío y sionista. El hecho de que el gran filósofo cometiera tal acto político hizo dudar a Jonas del valor de la filosofía.
Dejó Alemania y se marchó a Inglaterra ese mismo año, desde donde viajó a Palestina en 1934. Ahí conoció a Lore Weiner (su esposa). En 1940 regresó a Europa para unirse al Ejército Británico, que había formado una brigada especial para judíos alemanes que querían luchar contra Hitler. Lo enviaron a Italia, y al final de la guerra, a Alemania. Así volvió sólo como un soldado de un ejército victorioso. Durante la guerra escribió numerosas cartas, tanto filosóficas como amorosas a Lore (contrajeron matrimonio en 1943).
Inmediatamente volvió a Mönchengladbach para buscar a su madre, pero descubrió que había sido enviada a las cámaras de gas de Auschwitz. Al saberlo, rechazó la idea de vivir en Alemania. Volvió a Palestina y participó en la Guerra árabe-israelí de 1948. Sin embargo, sabía que lo suyo no era ser un sionista, sino enseñar filosofía asique dio clases en la Universidad Hebrea de Jerusalén antes de trasladarse a Norteamérica.
Se fue a Canadá en 1950, a la Universidad de Carleton y desde ahí se trasladó a Nueva York en 1955 donde vivió el resto de sus días. Trabajó para la Nueva Escuela de Investigaciones Sociales y murió el 5 de febrero de 1993 con 89 años.
El autor en este segundo capítulo de su famoso libro Técnica, medicina y ética publicado en español en el año 1997 refleja como la capacidad como tal es beneficiosa solo se vuelve perjudicial cuando damos un exceso, un abuso de ésta. De ahí podemos decir un refrán muy popular la avaricia rompe el saco, el cual viene como anillo al dedo en esta parte del comentario porque si nos pasamos del uso, es decir, comentemos un exceso la capacidad se vuelve perjudicial.
Al igual pasa con la técnica, que bajo el un punto de vista global solamente tienes aspectos beneficiosos, pero el propio uso para nuestro agrado, puede llegar a ser maligno dependiendo de la persona a la que llegue. La técnica es un continuo tema de discusión filosófica al poder observar sus virtudes y sus defectos a simple vista.Jonas dice que el avance será utilizado con fines malvados y gran parte tiene razón porque tarde o temprano alguien tendrá acceso a estos avances y nadie podrá detenerle para evitar el mal, en forma de caos que caerá sobre este nuestro planeta.
Además el autor también cita en el texto que “con cada nuevo paso de la gran técnica estamos ya obligados a dar el siguiente” esto es totalmente cierto, porque si por ejemplo ahora nos compramos un teléfono móvil, cuando pasen 6 meses o incluso menos, ese móvil que está casi sin estrenar está pasado de moda porque los demás han avanzado tanto que el nuestro queda prácticamente inservible.
Juan Rubia Ortiz
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