Filosofía

La indiferencia es algo así como vestirse de gala con la ropa de los que no tienen qué ponerse,es como enseñarle a un chico cómo se maneja un juguete que ni remotamente pensamos regalarle. Es beberse el último trago, en medio de una rueda de sedientos y mirarlos como si tal cosa. La indiferencia es rematadamente cruel.Es algo tan sutil e implacable, que hace que el pescador o el cazador deportivos hagan de la muerte de inocentes su pasatiempo favorito y que los demás,vos y yo, ante este hecho, miremos para otro lado,mientras la jodida vida continúa. La indiferencia podría resumirse en una de las tantas frases acuñadas hoy,como esa de...“Hacé la tuya” y asi,al hacer “la tuya”,es lícito que si sos banquero, te quedes con la plata de quien la ahorró a lo largo de toda su vida y encima te burles de su dolor llamándole a tu felonía “corralito”. O que te vayas de tu casa porque no soportás más a la bruja de tu mujer y de paso dejés varados a tus pibes que luego, al llegar la noche, preguntaran donde está papá....”rehaciendo su vida”, te dirás.
O que te dediques a criar pájaros por el solo placer de escuchar sus lamentos que en tu ignorancia e indiferencia confundís con un canto,mientras los encerrás de por vida, sabiendo,(porque lo sabés), que tienen todo el cielo para volar y vos se lo estás negando.
En conclusión,LA INDIFERENCIA,más allá de lo que opine la Organización Mundial de la Salud,es la enfermedad más contagiosa y mortal que ha desarrollado el hombre. Ni el cáncer,ni el sida,ni ningún otro mal conocido o por conocer, puede ser, ni será tan dañina y mortal como lo es la indiferencia y que ha de terminar no solo con la vida del hombre,sino también con la de los pobres seres que tienen la desgracia de compartir su mundo con el de nosotros.
Y SI INTENTÁRAMOS,A PARTIR DE AHORA CAMBIAR AL MUNDO,PERO DESDE DENTRO NUESTRO?

Eva López Vilar